El paso de la borrasca Emma, que vino acompañada de un intenso oleaje, ha dejado tras de sí una estampa inusual de la playa de Sardina. Las grandes olas han arrasado con la arena y han dejado a la vista grandes piedras que normalmente permanecen ocultas bajo el habitual manto rubio.
Habitualmente la bahía natural en la que se asienta la playa la protegen de los temporales de norte. Sin embargo esta permanece totalmente expuesta a los temporales de sur, como ha sido el caso de la borrasca que afectó a las islas en los últimos días. Esta imagen se repite con habitual frecuencia cuando el «tiempo sur» llega a la isla. De hecho, hace algunos años un fuerte temporal causó también estragos en Sardina, partiendo en dos el muelle nuevo.
Esta vez la fuerza del mar también ha causado daños al muelle de Fyffes, rompiendo parte del pavimento y el vallado del mismo.
El dinamismo de las mareas volverá en las próximas semanas a traer la arena hasta la orilla, devolviendo la belleza original a esta zona de la costa del municipio de Gáldar.