Las Fiestas en honor a la Virgen de Guía comenzaron este sábado con la lectura del Pregón a cargo de Adrián Castellano Pérez, hijo del municipio, quien arropado por numeroso público fue relatando sus vivencias en la Ciudad que le vio nacer en una velada marcada por el tono cercano y entrañable del pregonero donde la Ciudad, sus amigos y su familia fueron los auténticos protagonistas de la noche, en lo que constituyó todo un espectáculo.
El Pregón, diferente y muy original, comenzó sin el pregonero sobre el escenario. A través de una proyección audiovisual, acompañada de su voz en off, Adrián Castellano hizo un recorrido por su vida en su ciudad natal, su temprana marcha a la isla de Fuerteventura y su regreso al municipio cada año en agosto para las fiestas patronales. La conocida como Plaza Chica fue un lugar clave en la vida del pregonero y así lo reflejó apareciendo en pantalla sentado en uno de sus bancos, acompañado por siluetas que hacían referencia a las amistades que lo acompañaron durante su adolescencia.
Narrando el devenir de aquellos años, el pregonero se fue acercando poco a poco hasta llegar al escenario. Inició su intervención agradeciendo el privilegio de poder pregonar estas fiestas que tanto significan para él y continuó haciendo un llamamiento para vivir las fiestas “con alegría, generosidad y abiertos al reencuentro, alejados de las tecnologías que ahora imperan en nuestra vida” y remarcando los valores que le fueron inculcados de pequeño por su familia -muy presente y de forma muy emotiva en todo su discurso-.
El pregonero hizo especial hincapié en la necesidad de recuperar y retornar a los valores “en estos tiempos que nos toca vivir de forma tan superficial, donde no se valora de dónde venimos, dónde estamos y hacia dónde nos dirigimos” se lamentó.
Adrián Castellano hizo un llamamiento sobre la urgencia de redescubrir los valores que nos conforman como personas “porque somos lo que hacemos día a día, de modo que la excelencia no es un acto, sino un hábito que debemos cultivar”, subrayó.
Pero si la forma en que comenzó el Pregón fue poco convencional la tercera parte de su intervención vino a confirmar la excepcionalidad de la noche con la que se daba el pistoletazo de salida a estas fiestas.
Usando nuevamente la imagen como soporte, y como un guiño a la crítica que hacía sobre el abuso de las nuevas tecnologías en la sociedad actual, a través de la pantalla, vía Twitter, numerosas personas significativos en su vida le lanzaron una serie de preguntas que servían como excusa para que el pregonero compartiese un buen número de anécdotas sobre sus inicios en el diseño y su afición por el Carnaval, su papel como educador, su experiencia como delegado de personal en un sindicato, el papel esencial de su familia en su trayectoria vital, la amistad “con gente maravillosa a lo largo de toda mi vida” y el significado que Sergio León Ortega, conocido artísticamente como Drag La Tullida, ha tenido para él “a nivel humano y profesional”.
Adrián Castellano tuvo también un recuerdo especial hacia Toni Caballero “mi mentor, mi inspirador, mi maestro, mi amigo… la persona que supo sacar lo que yo tenía dentro y creo que, junto a todos los que formábamos en aquella época su equipo, fue quien lideró la época de oro de las Carrozas de Guía”, afirmó.
Con una llamada a la solidaridad y a la tolerancia y asegurando que “el conformismo es una traición a la vida” terminaba uno de los pregones más sentimentales y diferentes que Guía haya vivido. Un comienzo de fiestas marcado por la intención de desviar la atención del escenario, donde los allí presentes y las personas que han marcado la vida del pregonero fueron los grandes protagonistas de la noche en un acto donde la música también estuvo muy presente, a cargo de Israel Arvelo e Ismel Leal.