La amistad fraternal que desde hace muchos años une a Federico Vega con Manuel Martín, o como le conocen todos los galdenses, «Manolillo», desembocó la pasada noche en un emocionante acto de reconocimiento a la familia Vega Vega por la impagable labor social que han llevado a cabo desde hace muchos años.

Aunque ni a Federico, ni a María Elena, su esposa, ni a Goretti, su hija, les gusta hablar de «labor social». Para ellos, cuidar de Manolillo es cuidar de su hijo o hermano. Fue la música lo que unió a ambos, por todos es conocida la afición que siente Manolo por la música, mientras que Federico tocaba en una orquesta a la que Manolillo se le unía habitualmente en sus actuaciones.

Se fue forjando a partir de ahí una amistad que se ha vuelto inquebrantable, tanto, que en su momento Federico prometió a la madre de Manolo que él cuidaría por siempre de él. Y así ha sido desde que Manolillo quedó huérfano, acogiéndolo en la intimidad de su hogar.

Por todo ello, como hijo del barrio, la comisión de fiestas que encabeza José María Rodríguez quiso rendir un sentido y emotivo homenaje a Federico Vega, quien con toda humildad y muy emocionado recibió el cariño del público que llenaba el salón de actos.

A este reconocimiento se sumó el alcalde de Gáldar, Teodoro Sosa, quien propuso que uno de los pasajes que se están concluyendo en las viviendas sociales lleve el nombre de «Federico Vega Molina», como homenaje a la familia Vega Vega por este impagable gesto de lealtad, fraternidad y humanidad.

El acto fue presentado por Pepe García y contó con la actuación de Ríos de Lava.

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