Con la resaca aún de las multitudinarias Rama y verbena de amanecida del día anterior se despertaban bien temprano los vecinos de Barrial este domingo para cumplir, un año más, con su patrona, Nuestra Señora de los Desamparados.
A las 12 del mediodía daba comienzo la función religiosa, oficiada por el párroco del barrio, Marcos Arencibia, quien oficiaba su primera función religiosa en honor a la Virgen desde su llegada al barrio.
Una hora más tarde, el repique de campanas y el lanzamiento de salvas indicaban la salida procesional de la imagen, obra del escultor Juan Borges Linares, acompañada por las reinas de las fiestas y sus respectivas cortes, la corporación municipal, encabezada por el alcalde, Teodoro Sosa junto a las pregoneras de las Fiestas, las hermanas Rodríguez Álamo y el presidente de la comisión de fiestas, José Rodríguez Quintana.
A su llegada al campo de fútbol los jugadores del Cruz de Barrial ofrecieron los trofeos logrados durante la temporada a la virgen, agradeciéndole los éxitos deportivos con una ofrenda floral a la imagen.
Una vez terminada la procesión llegó el turno de disfrutar en casa del tradicional almuerzo familiar. Un breve descanso y de nuevo para la plaza, porque a las 6 de la tarde esperaba la vaca para ser ordeñada y cuya leche fue degustada por los presentes. Una tradición la de la ordeñada de la vaca que se remonta a los años 70 del siglo pasado.
Seguidamente, la Batalla de Flores dio rienda suelta al desenfreno y a la “guerra sana” vecinal, en la que grandes y pequeños lanzaban con ganas las bolas de confeti.
Finalmente, el día grande concluyó con la gala artística con la actuación de SwingStar en la plaza José Rodríguez Quintana.