Toda Gáldar celebró este miércoles la festividad de San Isidro Labrador, una onomástica que ha estado vinculada al municipio desde hace más de 350 años, cuando don Marcos Verde de Aguilar fundó la ermita de San Isidro El Viejo y la tradición de ofrendar al santo cada 15 de mayo.
Desde entonces San Isidro ha mantenido intacta su fe por el santo, acudiendo cada mes de mayo a su ermita para celebrar su función y procesión por las calles del barrio.
Desde temprana hora comenzaba la feria de ganado en el entorno de la casa CIEL. Cerca de un centenar de cabezas de ganado entre ovino, bovino y caprino se dieron cita en la muestra, a la que se unieron los burros, en un intento de poner en valor esta raza autóctona, ahora en peligro de extinción.
Las mejores cabezas de ganado desfilaron por delante del santo al salir de su ermita, cuyos premios fueron entregados por los reyes de las fiestas.
Posteriormente, la imagen del santo iniciaría su recorrido anual por las calles del barrio, acompañada de los príncipes y princesas de las fiestas, los reyes y sus cortes de honor, la corporación municipal, presidida por el alcalde, Teodoro Sosa y la Banda Municipal de Música de Gáldar.
Una vez finalizada la procesión, como manda la tradición, las casas del barrio se llenaron de almuerzos familiares, en los que las familias al completo se reúnen para festejar este día en el que no puede faltar además el tradicional “huevo duro”. Además, aprovechando este día, ha quedado en funcionamiento una réplica del antiguo pilar de agua de abasto, en el mismo sitio que se ubicó históricamente, en la parte alta de la plaza.
Este sería el preludio de la intensa jornada que se viviría por la tarde, con la batalla de flores, una guerra amistosa perfecta para limar las asparezas surgidas durante el año, y para cerrar el día el concierto VocalSiete, con el que se pone fin, hasta el próximo año, a las Fiestas Principales en honor al santo de los agricultores.