La hermana Francisca Librán, Sierva de Jesús Sacramentado, fue la encargada este año de dar lectura a la Plegaria del Agua en honor a San Sebastián, una plegaria que tuvo lugar en la Iglesia de Santiago, tras la celebración de la Eucaristía. 

El concejal de Cultura, Julio Mateo, recordó la importancia histórica de estas Fiestas Principales en el municipio y deseó que ojalá el próximo año ya se pueda recuperar esta Plegaria en la fachada de la Heredad de Aguas y durante el recorrido habitual de regreso a su ermita de de las imágenes de San Sebastián, San Amaro y San Buenaventura.

En esta edición especial fue invitada la hermana Francisca en representación de una institución que se encuentra precisamente ubicada en el barrio de San Sebastián, vinculada a la historia de Gáldar y a la labor social y educativa de las Siervas del Jesús Sacramentado.

En su texto la hermana Francisca imploró la intersección del Santo para que esta tierra canaria sea bendecida con la abundancia del agua haciendo hincapié en cómo los canarios han construido piletas en riscos, pocetas en barrancos, acequias y albercones, pilares y troneras, para captar y distribuir el agua.

Tras un somero repaso a la vida de San Sebastián y sus copatrones, la Plegaria del agua no se olvidó de pedir al glorioso San Sebastián para que conceda la gracia del final de la pandemia que “tanto daño nos está haciendo”. 

El alcalde de Gáldar, Teodoro Sosa, felicitó a la hermana Francisca por su hermosa plegaria destacando el vínculo que ha creado con toda la sociedad galdense desde su llegada al municipio, y agradeció a los vecinos la paciencia y el esfuerzo colectivo para superar esta dura y prolongada etapa. Sosa deseó que ojalá muy pronto podamos recuperar el pulso de este municipio y las queridas Fiestas de San Sebastián como las conocimos y recordamos. Sumándose a sus buenos deseos el cura párroco Manuel Reyes.

Con los Vivas al Santo, concluyó este acto, en honor a San Sebastián, San Amaro y San Buenvantura que mañana de 10.00 a 13.00 horas se podrán visitar en su propia ermita.

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