El Museo y Parque Arqueológico Cueva Pintada convoca una nueva edición de su programa ‘Entre vitrinas’, un recorrido por las salas del museo que, a través de asociaciones de piezas arqueológicas, permite nuevas lecturas y vínculos entrelos ‘tesoros’ de su amplia colección arqueológica.
En esta ocasión, el programa se centrará en la exhibición de recipientes cerámicos, pintaderas, pulseritas de vidrio, además monedas portuguesas del siglo XV, conocidas como ‘ceitiles’. La cita se producirá el día 18 de febrero, con dos sesiones, a las 19:00 y a las 20:15 horas.
Las personas interesadas en esta actividad pueden inscribirse de forma gratuita hasta completar las plazas disponibles desde el lunes, 14 de febrero, en horario de 9:00 a 14:00 horas, llamando al teléfono 928 895 489 (ext.3). La duración aproximada de la actividad es de cincuenta minutos.
Las excavaciones desarrolladas en el Museo y Parque Arqueológico Cueva Pintada a lo largo de los años han permitido recuperar miles de restos arqueológicos. Aunque en la sala de exposición permanente se exhibe una selección de los objetos hallados en el yacimiento, en las distintas ediciones de la visita ‘Entre vitrinas’ se presentan al público otros elementos singulares de la colección, además de profundizar en el conocimiento de las que se exhiben de forma habitual.
En esta novedosa propuesta, todas las personas que integran el equipo técnico de conservación, restauración y difusión del museo establecen un diálogo con el público, a partir de un relato que conecta piezas singulares. Lo interesante es que se realizan montajes en las vitrinas especialmente concebidos para cada convocatoria; con ellos se ponen de manifiesto las múltiples relaciones que se pueden establecer entre las piezas. En definitiva, esta actividad brinda la oportunidad de descubrir y conocer más detalles de los elementos más insólitos del museo, de la mano del equipo técnico que trabaja con la colección y sus elementos en el día a día.
En esta línea, uno de los ejes centrales de la nueva edición del programa tendrá como protagonistas los motivos en las piezas de cerámica, como vasijas y pintaderas, y el reto que supone su conservación y restauración. Como explica el equipo técnico del museo, “no solo son objetos contemplativos en una vitrina, sino también parte esencial para el estudio de un equipo cada vez más interdisciplinar que trabaja en desgranar poco a poco el pasado”.
Además de objetos prehispánicos, también se expondrán otros importados, como los ‘ceitiles’, monedas portuguesas del siglo XV, o una cacerola de cerámica de los siglos XVI-XVII (también denominado tacho), que se encontró completa durante las últimas campañas de excavación, como si se hubiese conservado en una cápsula del tiempo desde el pasado hasta su hallazgo.
El vidrio es otro material presente en los bienes de la colección y se incluirá en la selección de piezas protagonistas de la próxima visita ‘Entre vitrinas’. Entre los ejemplares insólitos de vidrio que se mostrarán destaca una botella de soda del siglo XVIII localizada entera y los fragmentos de pulseras de pasta vítrea, que en el pasado se consideraban amuletos o talismanes.
Los fondos del Museo y Parque Arqueológico Cueva Pintada, en Gáldar, están constituidos por miles de objetos arqueológicos que se convierten en protagonistas de este novedoso formato de visita a las salas del museo que se inició en 2018. En cada sesión, las personas que están en contacto permanente con esa colección trazarán, ‘entre vitrinas’, distintas conexiones entre esas piezas arqueológicas.
El equipo de conservación y difusión del museo realiza un ejercicio de conexión entre esos bienes culturales, rescatados del olvido tras su excavación y restauración. Algunos de ellos serán expuestos por primera vez con el objetivo de realizar una nueva lectura que, desde la materialidad, entrelace lo indígena y lo colonial, lo cotidiano con lo simbólico, lo evidente con lo sutil, explican los responsables de la iniciativa.
Con este novedoso programa, el museo busca, por un lado, realzar la importancia de las piezas arqueológicas de su colección, mediadoras esenciales en la construcción del discurso histórico; y, por otro, articular nuevas fórmulas de mirar y pensar esa colección. En definitiva, se trata de construir con los visitantes otra manera de generar nuevos relatos de nuestro pasado.