El concejal de Patrimonio Histórico e Identidad del Ayuntamiento de Gáldar, Carlos Ruiz, ha informado que en breve comenzarán los trabajos de limpieza y cerramiento del yacimiento de Facaracas a través de una subvención de 40.000 euros financiados por el Servicio de Patrimonio Histórico del Cabildo de Gran Canaria. Este yacimiento formado por un conjunto de cuevas situadas en las proximidades del Puente de los Tres Ojos, fue declarado Bien de Interés Cultural en 1990 y ya aparecen reseñadas en las crónicas posteriores a la Conquista.

Las obras han sido adjudicadas a la empresa Canarobra S.L. y su actuación está recogida en un proyecto redactado por la Oficina Técnica Municipal, contando con el visto bueno de la Comisión Insular de Patrimonio Histórico del Cabildo de Gran Canaria.

En él se contempla la limpieza, adecuación y cerramiento de las citadas cuevas con estructuras metálicas para evitar que vuelvan a ser mal utilizadas.

El deterioro que ha sufrido estas cuevas por el paso del tiempo y la acción de quienes las han ocupado o utilizado como vertedero ha sido desde hace años motivo de preocupación del consistorio galdense.

Así, lo expresó el alcalde de la ciudad, Teodoro Sosa, que considera una buena noticia la puesta en marcha de esta actuación que es necesaria para poder dejar en mejor estado este espacio que es, como otros vestigios en este municipio, testimonio de la cultura prehispánica, recordando que ya el Ayuntamiento y el Cabildo han llevado a cabo varias limpiezas en este entorno.

Cabe recordar que la titularidad de este conjunto de cuevas es privada y se encuentran dentro de un sistema general de espacios libres dentro del Plan General de Ordenación urbana, con la denominación parque temático Cuevas de Facaracas.

Ha quedado rigurosamente documentada la existencia hasta el siglo XVIII de la «Vega de Facaracas», vinculo de capellanía, adscrita al Patronato de las Monjas Bernardas de la ciudad de Las Palmas, por lo que se conoce con la denominación de Fincas del Patronato, o «Cuevas del Patronato»; que en su toponimia indígena Agáldar no es otra cosa que las solariegas Cuevas de Facaracas, tal y como reza en los crónicas y memorias del convento.

Así lo recoge en sus textos periodísticos el recordado Celso Martín de Guzmán quien recuerda que las «Cuevas de Facaracas», son el testimonio de aquellos
tiempos y el sitio de control de la confluencia de barrancos y de los caminos del norte hacia el poniente. Allí estarían las huestes del facaracas, príncipe Gumidafe, antes de celebrar matrimonio con la reina Andamana, y en esta configuración espacial, este asentamiento prehispánico, de un alto valor arqueológico y monumental.

De las Cuevas de Facaracas van emergiendo estos vestigios, en forma de cámaras subterráneas, galerías, grandes bóvedas, estancias, habitáculos, excavados en la roca volcánica y ferrosa, en las entrañas mismas del suelo.

Comienza por lo tanto una nueva actuación que ha sido demandada y esperada por el Ayuntamiento galdense.

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