El Ayuntamiento de Gáldar tomó posesión formal del Pinar de La Herradura, una finca de 30.000 metros cuadrados situada entre Fagagesto y Juncalillo en el que proyecta un área recreativa. El objetivo es la creación de una amplia zona de esparcimiento en este terreno privilegiado que se encuentra dentro de los límites del espacio natural protegido del Paisaje de las Cumbres y cercano a algunos puntos de gran belleza natural como es la Caldera Hondo de Fagagesto, una de las huellas de las últimas erupciones que han tenido lugar en Gran Canaria.
Teodoro Sosa, alcalde de la ciudad, acudió en la mañana de este viernes a la zona con el fin de formalizar el trámite administrativo con el que dicho espacio pasa a ser propiedad municipal, acompañado por los concejales de Hacienda, Urbanismo y Servicios Sociales; Valeria Guerra, Heriberto Reyes y Ana Teresa, respectivamente, así como por parte del equipo técnico municipal. El terreno cuenta con una gran explanada rodeada del pinar y se encuentra atravesada por la GC-220. Además, incluye una pequeña edificación que, tal y como detalló el propio alcalde, «puede acoger un restaurante, cafetería y baños que sirvan de complemento al merendero».
«Es un día importante para los Altos de Gáldar ya que hacemos ocupación formal de este terreno que va a ser uno de los referentes turísticos y medioambientales del municipio. La intención del equipo de gobierno es revitalizar las medianías y para eso hay que dotar a los diferentes barrios de lugares de esparcimiento. Y este va a ser un lugar de esparcimiento para los galdenses y para los que nos visitan», destacó el primer edil. «Este merendero se va a realizar en los próximos meses y también tendremos otro en el antiguo campo de fútbol de Caideros, además del de Huertas del Rey. Es actividad económica y de turismo alternativo para los Altos de Gáldar», añadió.
Con el acto formal que tuvo lugar este viernes el terreno pasa a ser de propiedad municipal después de que se ejecutara la expropiación a los anteriores dueños, cumpliendo de esta manera un expediente que se remonta a hace más de 20 años y que costó al erario público más de 400.000 euros. «De lo negativo de hace unos años que fue el pago de la expropiación, sacamos ahora lo positivo, miramos al frente y desarrollamos este espacio con un proyecto que será una referencia», insistió el alcalde.