Además de una correcta alimentación e hidratación, es fundamental proteger nuestra piel del sol, especialmente, «cuando el cielo está cubierto de nubes, ya que la radiación UV penetra igual», advierte Diego Martí, miembro del Grupo de Trabajo de Actividades Preventivas de Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria (SEMERGEN).

Hidratación y alimentación

Una hidratación correcta es fundamental para nuestro rendimiento, actividad y salud. «Hay que beber de forma constante y antes de tener sed», señala por su parte Ángel Gil Hernández, presidente de la Sociedad Española de Nutrición y Catedrático del Departamento de Bioquímica y Biología Molecular II de la Universidad de Granada.

En la infancia, la niñez, la vejez, el embarazo y durante la lactancia son las etapas de la vida donde hay que cuidar mejor nuestra hidratación. Con la edad disminuye la sensación de sed, apunta el profesor Gil, y es a estas edades cuando hay que beber más a menudo y en cantidades pequeñas para evitar la deshidratación. Una persona de avanzada edad, al igual que un adulto, debe beber entre dos y dos litros y medio diarios al día. En zonas como el sur de España, incluso hasta tres.

La Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) recomienda que «el 20-25% del líquido que tomamos a diario provenga de los alimentos, y un 75-80% de las bebidas como infusiones, té, café, refrescos etc (excepto bebidas alcohólicas)». En el verano son más recomendables las comidas ligeras, bajas en grasas saturadas y proteínas animales y ricas en hidratos de carbono de absorción lenta, así como minerales y vitaminas.

Una buena dieta equilibrada, según expone el doctor Martí, puede ser la siguiente:

-Desayuno. Es aconsejable que sea más calóricos, con leche, zumos naturales, cereales integrales, tostadas o frutas del tiempo.

-Almuerzo. A media mañana es saludable un pequeño almuerzo a base de fruta, yogur o algún zumo.

-Comida del mediodía. Debe incluir legumbres, pasta o carne o pescado con una buena ensalada, pan, agua y frutas del tiempo.

-Merienda. Mejor algo ligero, como leche, té o café, o yogur.

-Cena. Una cena temprana y ligera con verduras, pescado o una tortilla y fruta; sin grasas ni alcohol ni excitantes- café o té, ayudará a conciliar el sueño.

En general, «tomar zumos y bebidas frescas durante todo el día y evitar las bebidas alcohólicas o tomarlas con moderación y, por supuesto, sin conducción», subraya el especialista.

Higiene del sueño

Una de las claves para tener una buena salud es cuidar la higiene del sueño (tener un dormitorio placentero, con un ambiente silencioso y con una adecuada iluminación y temperatura). En verano, fundamentalmente, para poder dormir adecuadamente hay que añadir otras medidas.

Según explica el doctor Martí, es necesario acondicionar bien el dormitorio y la casa, en general, cerrando las ventanas y cortinas de las fachadas expuestas al sol y abrirlas de noche para que se ventile la casa. «Los ventiladores y aparatos de aire acondicionado cuando las noches son muy calurosas también ayudan a conciliar el sueño», añade.

«Cumplir unos horarios regulares y mantener frescas las habitaciones nos ayuda a tener los biorritmos del sueño adecuados y levantarnos descansados», mantiene el profesional de SEMERGEN.

Medidas para el deporte y/o actividad física

En cuanto al ejercicio físico, es importante adaptar la actividad y el deporte, en la medida de lo posible, a las horas de menor exposición solar: a primera hora de la mañana o al atardecer, para evitar las insolaciones, calambres, desmayos o el temido golpe de calor. En los días más calurosos, aconseja Martí, disminuir la intensidad del ejercicio y tomar todas las medidas preventivas posibles: hidratándote antes, durante y después de la actividad física, llevar gorra, ropa cómoda y clara.

Cuando se practica algún deporte en verano es importante tomar bebidas especializadas para deportistas (aunque no seas un profesional) además de agua. Es importantes, sostiene Gil Hernández, estar bien hidratado justo antes de realizar la actividad física, beber también durante la realización del ejercicio y al terminar. Una vez se termine, es aconsejable, no beber todo el agua o el líquido de golpe, sino hacerlo en pequeños sorbos, en tragos cortos y durante una media hora.

Fuente:http://www.elmundo.es/salud/

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