«Poderosas empresas utilizan a los menores mediante subcontrataciones en países del tercer mundo, con el fin de abaratar unas mercancías que venden en otros lugares, y que los menores nunca llegan a disfrutar. De esta forma la explotación laboral de los desamparados está aumentando en todos los sectores, tanto en la agricultura como en la industria y en los servicios», explicó Mendoza Jiménez. 

La responsable del área de Solidaridad detalló que nadie sabe exactamente cuántos niños y niñas están sometidos a esta esclavitud, no existen estadísticas fiables, puesto que buena parte de la explotación laboral infantil es clandestina o se realiza en sectores económicos informales. Muchos analistas hablan de que son más 400 millones los menores sometidos a la esclavitud, la mayoría en los países empobrecidos. En África uno de cada tres niños; en Latinoamérica uno de cada cinco; en Asia son casi doscientos millones. Trabajan tejiendo alfombras en Pakistán, como sirvientes en Arabia Saudí, en los lavaderos de oro de Perú, en las fábricas de ladrillo de Colombia, en los basureros de Guatemala, como jornaleros en Brasil, cargando compras ajenas en los mercados de México, respirando pesticidas en las plantaciones, quemándose los pulmones en industrias químicas; como soldados reclutados a la fuerza; como vigilantes o «camello» en el narcotráfico; explotados en la prostitución en burdeles de medio mundo, etc.

Este año además se conmemoran los 21 años del asesinato de Iqbal Masih, niño esclavo, militante del Frente de Liberación del Trabajo Forzado de Pakistán, desde donde luchó contra la esclavitud infantil, y consiguió cerrar empresas en las que se explotaba a menores. Su ejemplo trascendió y recibió premios internacionales en Estocolmo y en Boston, con los que decidió abrir una escuela. 

Fue asesinado por la «mafia de las alfombras» el 16 de Abril de 1995, su testimonio de lucha y valentía que no pasó desapercibido por la comunidad internacional, y desde entonces esa fecha es un referente en la denuncia y en la lucha contra la esclavitud Infantil, pero paradójicamente, las desigualdades que genera el sistema económico imperante, han ido creciendo cada vez más a lo largo de las últimas décadas. 

Por todo ello  Gáldar apoya públicamente todas aquellas iniciativas tendentes a denunciar esta situación, dar a conocer esta realidad y luchar intentando acabar con la permisividad social, la falta de cobertura y de calidad en cumplimiento de la obligatoriedad de salvaguardar los derechos de la Infancia.

«Pedimos a las Naciones Unidas y a la Organismos internacionales para que se tomen las medidas necesarias encaminadas a la abolición efectiva la Esclavitud Infantil. Y solicitamos al Gobierno de Canarias, al Gobierno de España y a la Comunidad Europea, que se estudie la aplicación de medidas tendentes a garantizar, en las relaciones comerciales con otros países, que los productos que se importan no sean elaborados con mano de obra infantil», concluyó el manifiesto.

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