El acto oficial de conmemoración del décimo aniversario encabezado por presidente del Cabildo de Gran Canaria, Antonio Morales, supone sobre todo la celebración de un espacio vivo que permite que la sociedad grancanaria se asome a la profundidad de su rico pasado en un yacimiento que custodia la huella dejada en este lugar por los aborígenes entre los siglos VI y XVI.

“Nunca en las Islas Canarias se ha apostado tanto por un espacio de estas características. No se conoce ninguna dotación similar en Canarias, ni tantas ilusiones vertidas como en este yacimiento por tantísima gente”, exclamó Morales, que recibió del director autonómico de Patrimonio Cultural, Miguel Ángel Clavijo, la garantía de apoyo del Ejecutivo. “Que no quepa la menor duda de que el Gobierno irá de la mano” del Cabildo en el respaldo a este conjunto, apostilló.

El pulso del conjunto arqueológico, su poblado con la Cueva como su gran joya, se percibe claramente en la marea de visitantes que este recinto gestionado por el Cabildo de Gran Canaria ha recibido en esta década, cerca de 550.000 personas, un dato para celebrar porque demuestra el creciente interés que despierta el pasado insular, su importancia como ‘espejo’ para los habitantes de la Isla y su atractivo turístico.

Más de 148.000 de esas visitas correspondieron a sesiones para centros educativos, sociales y culturales, lo que remarca la función del centro como vehículo para el conocimiento y la difusión del legado prehispánico de Gran Canaria, un legado que es el orgullo de los galdenses, un sueño hecho realidad, manifestó su alcalde, Teodoro Sosa, quien participó en el acto junto al consejero insular de Cultura, Carlos Ruíz, solo el último de una larga lista de responsables insulares a los que el presidente reconoció su labor.

Hermanamiento con Altamira y futuros arqueólogos de 7 universidades

Este papel del Museo y Parque Arqueológico Cueva Pintada como pieza clave para revalorizar y dar a conocer la cultura de Gran Canaria dio un salto cualitativo este mes de julio con su ‘hermanamiento’ con el Museo Nacional y Centro de Investigación de Altamira, que cristalizó con la muestra ‘El largo viaje… De Altamira a la Cueva Pintada’.

Esta exposición conjunta y paralela en ambos enclaves ha permitido exponer por primera vez en la Península elementos prehispánicos de la Isla con el traslado a Santillana del Mar (Cantabria) de 62 valiosas piezas y marca un hito en España en el ámbito de la colaboración entre museos de carácter arqueológico.

Además, en este mismo momento y hasta el próximo 31 de julio se encuentran en Gáldar dieciséis estudiantes de siete universidades españolas para participar en el II Campus de Arqueología Cueva Pintada, una iniciativa que potencia su relevancia como lugar idóneo para la formación de futuros arqueólogos e historiadores.

Sondeo en marcha con técnicas de última generación

El centro mantiene una incesante labor para construir el relato de la historia del poblado y aportar nuevos datos para interpretar el modo de vida de aquellos hombres y mujeres, de modo que desde el 20 de junio está en marcha un nuevo sondeo en un área de trescientos metros cuadrados que busca evidencias de la existencia de un granero.

Las investigaciones utilizan técnicas de última generación en materia de documentación arqueológica, como la fotogrametría y la micromorfología. Esta campaña de investigación es la cuarta que acomete el centro desde su apertura y la decimoctava desde 1987. Igualmente, la Consejería de Cultura del Cabildo de Gran Canaria ha procedido en el último año al escaneado de alta resolución del friso y policromado y del poblado.

La música del trío Caravansar para cerrar el acto adquiere por todo ello un significado especial, pues celebra la existencia de un espacio consolidado, enraizado en la sociedad grancanaria y caracterizado por su destacada labor de investigación y difusión.

La gran aventura de un hallazgo fortuito

La gran aventura, que concluyó con la apertura el 26 de julio de 2006 del Museo y Parque Arqueológico Cueva Pintada, comenzó de forma fortuita en 1873, cuando José Ramos Orihuela accedió por una estrecha abertura a la cámara donde los ancestros de Gran Canaria habían dibujado una serie de pinturas geométricas.

El camino, no obstante, fue largo y no estuvo exento de obstáculos que pusieron en riesgo la integridad de las pintaderas. Los historiadores Celso Martín de Guzmán, que hoy fue especialmente recordado, y Elías Serra Ráfols resultaron fundamentales en su rescate con una campaña de concienciación iniciada en 1967 que se tradujo en 1970 en obras de protección y aislamiento de las humedades.

El espacio fue declarado Monumento Histórico Artístico en 1972 y a partir de 1987 se iniciaron los primeros trabajos de excavación bajo la dirección del citado Martín de Guzmán y de Jorge Onrubia, profesor de Prehistoria de la Universidad de Castilla-La Mancha, iniciativa que reveló la presencia bajo la superficie del poblado de Agáldar.

Las sucesivas prospecciones en el terreno han hecho posible que el visitante pueda contemplar el caserío que de forma escalonada se distribuye desde el fondo del barranco hasta el actual casco histórico de la ciudad de Gáldar.

Y hoy, diez años después de su inauguración, el Museo y Parque Arqueológico Cueva Pintada continúa embarcado en su cada vez más atractivo y apasionante viaje en el tiempo.

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