Vecinos del barrio de Sardina se llevaron un buen susto la mañana de este miércoles cuando se toparon en plena vía principal del barrio con un ejemplar de culebra californiana, una serpiente que desde hace años se ha asilvestrado en el macizo de Amagro.
Los vecinos dieron parte de inmediato del hallazgo, haciéndose cargo del ejemplar personal de Gesplan, que desde hace una década lucha por su erradicación del ecosistema canario, donde constituye una grave amenaza para la fauna local.
El macizo de Amagro es uno de los enclaves, junto al barrio de La Solana, en Telde, y el Roque, en Valsequillo, donde la especie ha logrado asilvestrarse con éxito y multiplicar su población. De hecho, durante los últimos años ha sido relativamente frecuente la aparición de ejemplares de culebra californiana en barrios cercanos a Amagro, como Barrial, La Enconada y El Roque, a los que se suma ahora Sardina.
El programa Life de la Unión Europea trabaja desde hace años en el control de la culebra real de California en Gran Canaria, de las que se ha logrado retirar más de 3.000 ejemplares, pero su facilidad para reproducirse y su adaptabilidad al ecosistema canario ha hecho imposible hasta ahora su erradicación.
Aunque la culebra de California (Lampropeltis getula califoniae) resulta inofensiva para el ser humano, toparse con ella sigue provocando sustos importantes a los vecinos de las poblaciones en las que se ha asentado debido al miedo que siempre han representado estos reptiles, sumado a que no es una especie común de las islas.
Esta serpiente, originaria del oeste de EEUU, se encontró por primera vez en libertad en Gran Canaria en 1998, pero no fue hasta 2007 cuando se descubrió hasta qué punto se había adaptado a un territorio donde no tiene enemigos naturales y donde ha encontrado, y en abundancia, su comida preferida: los lagartos, lisas y otros reptiles endémicos a los que la culebra está amenazando al no tener depredadores naturales.
En caso de avistamiento, las administraciones urgen a dar aviso de inmediato a los cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado, con el objetivo de frenar la multiplicación de estos animales en el ecosistema canario.