La vecina y “abuela”de Gáldar, doña Pino Mendoza Reyes, falleció este sábado a los 101 años de edad. El alcalde de la ciudad, Teodoro Sosa, al conocer la noticia quiso expresar a toda su familia sus más sentidas condolencias , especialmente a sus hijos María del Pino y Sebastián, y mostrar su pesar por la pérdida de una mujer que fue distinguida en 2014 con la Pintadera de Oro de la Ciudad de Gáldar.

Teodoro Sosa recordó su cien cumpleaños y el homenaje que le brindaron como abuela de Gáldar junto a su familia y el concejal del Mayor, Sinforiano Rodríguez, cuando la sorprendieron y obsequiaron con ramos de flores y dulces, en un encuentro muy emotivo en el que se festejó su siglo de vida. Y ella lo recibió sonriendo, feliz junto a los suyos y también contenta por recibir la visita del alcalde de su ciudad natal de Gáldar, municipio que la vio nacer en 1916.
También recordó el alcalde el día de la distinción como Pintadera de Oro por ser una de las pioneras en abrir su propia tienda de ropa y dar clase de costura y bordados, en la misma calle Capitán Quesada.

En su recuerdo, ésta ha sido su semblanza: “Corría el año 1916 y el día 6 de noviembre cuando llega al mundo en el seno de una familia formada por Don Antonio Mendoza Rodríguez y Doña Carlota Reyes Molina, una niña que hace el número tres de los que luego serían once hermanos y a la que le ponen de nombre Pino. Ella fue la primera de seis niñas, que junto con cinco niños formaron esta numerosa familia.

Pinito, como todas las niñas de su época, pasa una infancia y adolescencia ayudando a su familia. Estudiando lo poco que podía pero aprendiendo todo lo relacionado con la costura y el bordado.

Contrae matrimonio con un vecino de Barrial, don Juan Rodríguez García, ya fallecido, y fruto de esa unión nacen tres hijos: Araceli (fallecida), Sebastián y Maria del Pino. Como consecuencia de sus conocimientos de costura y bordado, a principios de los años cincuenta decide poner una tienda de ropa, obteniendo del Ayuntamiento de Gáldar el arrendamiento a nombre de su esposo, un local en el edificio del Mercado Municipal (La Recoba), en el que comprando al principio a los marchantes o recorredores que recorrían los pueblos, todo lo necesario para la costura, telas, hilos, encajes, abrió al público su negocio. Posteriormente ya realizaba sus compras en comercios de la calle Triana en Las Palmas de Gran Canaria.

Pinito también hacía ropa por encargo, así lo mismo hacía un traje de caballero de “salir”, como la ropa para el trabajo en la labranza, trajes de señoras y niños como era uso y costumbre. Casi todas sus ventas y confecciones eran a crédito, como era costumbre en la época.

Además de atender la tienda y encargarse de las tareas de la casa, Pinito, en la trastienda de su local de reducidas dimensiones, daba clases de costura y bordado y en el que muchas jóvenes “aprendieron lo necesario para desenvolverse en el futuro como amas de casa”, recordaba entonces.

Así permaneció Pinito hasta que por motivos de salud de su esposo traspasa el local y el negocio a su sobrino Armando Pérez Rodríguez”.

Hoy su velatorio ha sido instalado en el Tanatorio de San Isidro de Gáldar y mañana domingo tendrá lugar su entierro en el Cementerio de este lugar. D.E.P.

Comentarios

  1. He tenido el gran honor de conocerte desde hace 45 años y disfrutar de tu bondad y de toda tu familia. Por eso tú ganas los y la mi sin serlo por sangre lo somos por el enorme cariño que nos disp besamos mutuamente. Adiós Mamá Pino. Me tranquiliza saber que e ya estás con Celita y Juan Cruz además de tu marido. Un beso enorme para alguien inolvidable.

  2. Por eso sin ser familia de sangre, nos dispensamos cariño mutuo ambas familias. Quise decir Eres irrepetible.

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