En el Día Internacional de Lesionados Medulares

El 5 de septiembre ha sido elegido por la Organización Mundial de la Salud, por iniciativa del Comité de Prevención de la International Spinal Cord Society (ISCOS), para divulgar y prevenir la lesión de la médula y sus consecuencias físicas, mentales, sociales, sexuales y laborales que tiene para los heridos, además de un importante coste económico para los sistemas sanitarios.

Rito es muy conocido en la comarca, especialmente por haber sido jugador del Sardina, buen jugador para mí, aparte de compañero y amigo. 

El ha querido escribir su historia, pero sobre todo para destacar el tema de las barreras arquitectónicas que se encuentra en su camino, y que espera se resuelvan paulatinamente.

Tengo 60 años,  casado y con dos hijos.

Hace tres años sufrí una lesión medular a consecuencia de un tumor en la médula, que me la presionó y me dejó parapléjico del tórax hacia abajo. Fueron momentos muy duros, lo peor, no saber lo que te está pasando. 

Fui ingresado en el Perpetuo Socorro, donde después de innumerables pruebas me detectaron el tumor. El 19 de noviembre de 2017 me operaron en el Hospital Insular.  La operación fue todo un éxito, pero a los cinco días de ésta, el médico me mandó a hacer un escáner para comprobar que todo estaba bien. Por una mala manipulación del personal de rayos, que no me pasaron a la mesa del escáner como debían, tuve que ser operado de nuevo, porque me dieron un golpe, por lo que el hueso, qué todavía estaba tierno, se me rodó y se me infectó. Me dio mucha fiebre y pasé una noche fatal. Al siguiente día me operaron de urgencias, dónde me tuvieron que quitar el hueso infectado y por tal motivo me pasé un año de mi vida con un corcel para sujetar la columna. Después de esto, me pasaron a la quinta planta del Hospital Insular, dónde está la unidad de lesionados medulares. Allí estuve ingresado durante cinco meses, donde me enseñaron a ser independiente, a bajarme y subirme a la cama, al coche, a ducharme, etc.

Cuando me dieron el alta, seguí yendo a rehabilitación de forma ambulatoria durante nueve meses. 

En noviembre de 2018 me volvieron a operar para colocarme una artrodesis y  poner la columna en su sitio y poder quitarme el corcel. Seguí mi rehabilitación en el Icod de Gáldar.

Con la rehabilitación he conseguido mejorar bastante. Ya camino un poco con las muletas y me encuentro más fuerte. Ahora es cuando me doy cuenta de todas las barreras arquitectónicas que me encuentro en el camino y de que  mucha gente que no respeta las zonas reservadas para las personas de movilidad reducida.  Muchas personas no se dan cuenta del daño que nos producen. Por ejemplo: en el supermercado el lidel los usuarios del supermercado aparcan en la zona reservada para minusválidos sin ningún pudor, sin importarles  que pueda venir una persona de movilidad reducida y no tengas sitio. Y nadie dice nada.

En la playa de Las Nieves han hecho una rampa con vallas para qué las personas mayores y con alguna dificultad como yo podamos disfrutar del baño. El problema es que la gente no respeta ni cuida las cosas y cada vez que voy a ir a bañarme tengo que estar pidiendo permisos para poder pasar ya que la gente se pone a bañarse en la rampa y los niños jugando, sus madres como si nada, no dejan el paso libre. Y así innumerables de cosas.

Pero a pesar de todo, tengo que agradecer que después de tres años he podido disfrutar del mar.

Agradezco a los Ayuntamientos sus esfuerzos por trabajar cada día para intentar eliminar estas barreras y podamos  cada vez ser más independientes.

También agradecer a toda mi familia y amigos que siempre han estado ahí para apoyarme en los momentos malos, que han sido muchos. A todas aquellas personas, que son muchas, que en cuánto me ven en dificultades se ofrecen para ayudarme. Al personal del Icot de Gáldar  y al servicio de ambulancias. Y sobretodo a la planta 11 y quinta del Hospital Insular, por el trato que siempre me han dado, así como al equipo médico que me operaron y al de la unidad de lesiones medulares. 

Pues desde aquí deseamos a Rito y resto de enfermos con sus patologías que se vayan recuperando y que se eliminen las barreras para su movilidad. Le agradecemos que haya elegido este medio para expresar sus inquietudes.

Juan Ruiz Tacoronte

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