Numerosas piezas vinculadas al uso doméstico y especialmente al procesado del pescado que realizaban las y los antiguos pobladores de Gran Canaria han sido descubiertas en la Cueva de la Playa Chica de Sardina, en Gáldar, durante los trabajos arqueológicos desarrollados por la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, bajo la dirección de Jonathan Santana y Jacob Morales, y financiados a través de una subvención de 15.000 euros del Servicio de Patrimonio Histórico del Cabildo de Gran Canaria, que culminaron el pasado día 10 de este mes de junio.
De hecho, la Consejería de Presidencia de la Corporación insular mantiene una apuesta decidida por la conservación, protección y estudio de este singular yacimiento, que fue dado a conocer en el año 2016, gracias a la colaboración ciudadana, tras un gran desprendimiento que permitió la observación de una larga estratigrafía y la presencia de abundantes materiales que correspondían a la vida que se desarrollaba en este enclave durante el período prehispánico.
Las dataciones que se han obtenido hasta el momento de los elementos hallados permiten situar la ocupación de esta cueva natural entre los siglos VI y XIII-XIV de nuestra era, lo que proporciona la posibilidad de conocer cómo aprovechaban los recursos del mar las y los pobladores asentados en este lugar.
Uno de los aspectos más interesantes radica en que se ha documentado, en los niveles más recientes de la secuencia estudiada, una gran abundancia de piezas directamente vinculadas a la explotación y manipulación del pescado. Entre ellas, hay que destacar una serie muy cuantiosa de anzuelos, probablemente realizados sobre colmillos de cerdo, y numerosos útiles en cuerno de cabra que han sido interpretados como descamadores. Todo ello pone de manifiesto la intensa y especializada relación que los antiguos canarios tuvieron con el mar, al menos en los siglos inmediatamente anteriores a la conquista castellana.
Entre los hallazgos más singulares en esta Cueva de Playa Chica hay que destacar un diente de tiburón, al que no se ha podido asignar una especie concreta, pero que constituye un elemento sin demasiados antecedentes en el registro arqueológico canario.
El interés de este yacimiento y su papel protagonista en el avance de la investigación sobre el pasado de Gran Canaria se ha puesto de realce, más especialmente, en todas las actuaciones arqueológicos que se han desarrollado en el marco de los proyectos de investigación interdisciplinares realizados por el Departamento de Ciencias Históricas de la ULPGC entre los años 2020 y 2022.
Más en concreto, en esta campaña de 2022, se ha terminado el registro de un área en la que se concentran varios fuegos asociados muy posiblemente con el procesado de los productos del mar, a los que se suman abundantes herramientas de piedra y una ingente cantidad de escamas de pescado.