El director de Tobaco Free Initiative (Iniciativa Sin Tabaco) de la OMS, Armando Perruga, ha señalado que todavía no existe una evidencia científica ni información suficiente sobre los peligros a largo plazo de este tipo de cigarros, pero está demostrado que contienen sustancias tóxicas y cancerígenas iguales a las del tabaco.

Perruga ha participado junto con el secretario de la Agencia de Salud Pública de Cataluña, Antoni Mateu; el jefe de la Unidad de Control del Tabaco del Instituto Catalán de Oncología (ICO), Esteve Fernández, y el presidente del Consejo Asesor sobre Tabaquismo del Departamento de Salud de la Generalitat, Joan Ramon Villabí, en la jornada «Cigarrillos electrónicos: interrogantes abiertos» de la Agencia de Salud Pública de Cataluña celebrada esta mañana en Barcelona.

Los cigarros electrónicos se empezaron a comercializar hace una década, pero durante los últimos dos años se ha popularizado su uso, algo que Armando Perruga achaca a que las sustancias tóxicas que genera el vapor de los cigarros electrónicos están concentradas en términos y cantidades menores que en el humo del tabaco, y esto hace deducir a la población que son inofensivos.

Desde la OMS alertan que hay que tomar precauciones a la hora de consumir este tipo de cigarros, ya que tienen una efectividad baja como remedio único para dejar de fumar e insisten en el mensaje de «mejor no fumar».

Actualmente, la OMS está en proceso de elaborar una posición más específica respecto a los cigarrillos electrónicos y regular su uso y contenido, ha añadido Perruga, y se muestra preocupada por la entrada de las empresas tabacaleras tradicionales en el mercado, que buscan proteger su producto y conseguir nuevos consumidores, ha afirmado.

En cuanto a las futuras regulaciones, el representante de la OMS ha destacado que deben seguir cuatro objetivos legislativos: evitar la promoción y el inicio del uso de cigarros electrónicos entre los no fumadores; minimizar el riesgo de usuarios y no usuarios, concentrando al mínimo las sustancias tóxicas de los cigarrillos; impedir que estos cigarros se asocien a reclamos de salud no probados; y prevenir que los cigarros electrónicos debiliten los esfuerzos hechos para el control del tabaco, regulando estrictamente la publicidad sobre el tema y conservando los espacios sin humo.

El doctor Esteve Fernández, del ICO, ha presentado los resultados de dos estudios elaborados por el instituto sobre el impacto del humo de los cigarros electrónicos en las personas no fumadoras para comprobar si existe una exposición pasiva.

En ambos estudios se ha demostrado que la nicotina de los cigarros electrónicos pasa al ambiente y es inhalada, junto con otros componentes, por los fumadores pasivos, los cuales llegan a presentar biomarcadores similares a no fumadores que conviven con personas que fuman hasta siete cigarros de tabaco convencional.

El presidente del Consejo Asesor sobre Tabaquismo ha destacado la nueva modificación de la Ley de Defensa de los Consumidores, que prohíbe el uso de cigarros electrónicos en las administraciones públicas, el transporte, los centros sanitarios y educativos, pero ha manifestado la necesidad de aplicar los preceptos de la nueva normativa europea en la legislación catalana y española lo antes posible, la cual establece un plazo de dos años para que los estados regulen la publicidad y el etiquetado de los cigarros electrónicos.

Fuente: El mundo-salud

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