El fotógrafo Jordi Díaz este viernes en su exposición.

Entre los actos del Festival Internacional de Cine (FIC) Gáldar se expone durante esta segunda edición el trabajo del fotógrafo galdense Jordi Díaz, bajo el título “Mi mirada al Noroeste de Gran Canaria”. En ella se recogen una serie de fotografías de la zona norte de la isla, y se reflejan algunos de los escenarios naturales más apasionantes para rodajes cinematográficos. La muestra está abierta a los visitantes todos los días del festival desde las 10:00 de la mañana, siendo este sábado el último día para visitarla.

Jordi Díaz ha ganado varios concursos de fotografía gracias a su trabajo, que refleja el amor por la naturaleza que siente el autor, técnico en Organización de Recursos Naturales y Paisajísticos, cuya afición a la fotografía le ha llevado a realizar diversos cursos con José Coyote, Javier Gil y Mario Rubio, convirtiendo su hobby en su pasión. El fotógrafo expone por tercera vez en el Norte de Gran Canaria, tras su exposición en solitario en la Asociación La Vinca (Arucas) y su participación en la exposición conjunta de la Casa Museo Antonio Padrón de la Real Ciudad de Gáldar.

El autor ha explicado la proposición que le hizo Ruth Armas, directora del FIC Gáldar, y que no pudo rechazar. No en vano se trata de la primera exposición en solitario que hace en su pueblo natal. La Casa Verde de Aguilar, centro municipal que ha recogido una variada muestra de exposiciones de renombre a lo largo de su historia, ha sido el lugar elegido para una exposición que retrata una Gáldar llena de colores y fantasías creadas con juegos de luces y sombras que dejarán sorprendidas a más de una retina.

Jordi confiesa que su metodología «es simplemente coger la cámara, quedar con algún amigo o con mi novia y tirar para playa, para monte o para donde sea». Pero el resultado tan perfecto tiene también sus secretos: algunos filtros y fotografías de larga exposición hacen todavía más espectaculares a los paisajes más emblemáticos de la comarca. Incluso utilizan lana de acero prendida para girarla y hacer efectos de luces en las fotos más dinámicas y modernas: «Y sí, sí quema, he visto hasta cargarse los objetivos por caerle alguna chispa de acero», nos comenta.

Preguntado por cuál es su fotografía preferida, Jordi Díaz no se atreve a decantar por «papá o mamá». «Hay fotos que fueron sacadas en algún momento y que ahora han cambiado las circunstancias y ya no la puedes conseguir más, y le tienes un cariño especial», afirma. Los lectores lo tienen también difícil: a las decenas de fotos de su exposición que no se pueden perder, hay que sumarle la enorme colección digital que este artista galdense de la fotografía tiene en su Facebook y en Flickr. Un baño de color a los paisajes más tradicionales del Norte que no deja indiferente a nadie.

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