El “Tabburt n tegrest” (solsticio de invierno) tenía una gran importancia mágica y religiosa en la cultura aborigen de la antigua Tamarán. Prueba de ello es el suceso que cada 21 y 22 de diciembre, coincidiendo con el solsticio de invierno, ocurre en el yacimiento arqueológico de La Guancha, demostrando la conexión de nuestros ancestros con el culto al sol en un ritual milenario.

Estos días de diciembre son los únicos del año en el que el sol sale justo por el pico de la montaña de Gáldar, iluminando con su primer rayo el túmulo real, lugar en el que las hipótesis ubican el enterramiento de los Guanartemes de Agáldar.

Por la relación del solsticio con este premeditado emplazamiento está considerado como uno de los “yacimientos estrella” de Gran Canaria, que también ha servido para dar luz a varias teorías sobre el pensamiento y la vida de los antiguos canarios.

Esta idea aparece en escritos del médico e historiador canario del siglo XVII Tomás Arias Marín:“Conocían que havía Dios sólo eterno y omnipotente, llamaban Acoran, adoraban y juraban por el sol llamado Magec, conocían también que havía demonio, que havita en las entrañas de la tierra en perpetuo fuego donde padecía tormentos i sólo él los padecía, a el alma decían que era hija de el sol…”.

En Gáldar (Agáldar) los antiguos canarios quisieron dirigir la luz de su adorado astro hacia las sepulturas donde se estima que se enterraba a la realeza para expresar una forma de jerarquización de los enterramientos. Para Juan Gabriel Santiago, investigador y guía de Bilenio Actividades Culturales, esta práctica también tiene que ver con la concepción egipcia de la personificación del sol en el faraón y en este caso del guanarteme, que son los que están más cerca de lo divino.

Juan Antonio Belmonte, investigador del Instituto de Astrofísica de Canarias, señala que el de la Guancha lo descubrió su grupo, aunque quien lo pudo observar por primera vez fue el astrónomo y exdirector de operaciones de Iberia, Ricardo Génova, a medidos de la década de los noventa del siglo XX.

El astrónomo entiende que hay indicios que sugieren que este yacimiento pudo ser delimitado y observado por los antiguos canarios “como si la selección del lugar no fuera aleatoria”, aunque no existen referencias específicas. Sí se sabe a ciencia cierta que usaban el equinoccio y posiblemente el solsticio de verano.

Fruto de la investigación arqueológica, a Gáldar se la considera uno de los centros más importantes del periodo indígena de la isla, con un papel primordial como capital de una de las dos demarcaciones políticas, junto a Telde, en que se dividía la geografía insular. En la década de los años treinta del siglo XX se realizan los primeros hallazgos arqueológicos en esta área.

Las tres zonas que se sitúan a lo largo de su costa, declaradas Monumento Histórico-Artístico en 1949, se denominan La Guancha, El Agujero y Bocabarranco, donde se conservan estructuras de viviendas y el área del cementerio con forma de túmulos (piedras y tierra). El enterramiento principal, también conocido como Túmulo de La Guancha, es una gran estructura circular, a su vez rodeada de anillos concéntricos y muros, que ha sido interpretado como un panteón familiar del que se extrajeron 43 individuos.

En la actualidad está previsto que el Ayuntamiento de Gáldar, con financiación del Cabildo de Gran Canaria, lleve a cabo la contratación y ejecución de un proyecto para la mejora de la Necrópolis y el Poblado de La Guancha, con la idea de contar con un centro de interpretación.

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